16.10.11

Mujeres con música y cámara.

Hasta las flores cambian de color...



 Los ojos nos llegan hasta las puertas del alma, muchas veces las tenemos cerradas, a cal y canto, y con más de media docena de pestillos y candados del techo al suelo. 
Otras sencillamente hay que llamar para entrar, y hay otras en las que no hay puertas.
Y todo depende de con quién estés.


Hasta en una foto se pueden apreciar las puertas del alma.

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